¿Cómo puede ayudarme la hipnosis?
Imaginemos que la hipnosis no es más que un vehículo, un automóvil muy especial que me va a permitir llegar a un lugar nunca antes visitado: EL SUBCONSCIENTE.
En esa región, el subconsciente, se encuentra la mayor biblioteca jamás pensada. En esa biblioteca se encuentran todas las experiencias vividas, los acontecimientos destacados, todas las personas, animales, sueños, deseos, que nos han ido acompañando desde que nacimos, e incluso, cosas, datos, situaciones, acontecimientos, que habías pasado por alto o que quizás, habías olvidado.
Esa tierra va creciendo, desarrollando nuevas montañas, nuevos mares y senderos a medida que vamos creciendo.
En la tierra del Subconsciente, habita un sabio, llamémosle “El Bibliotecario” que es el dueño de todo. Es quien maneja los hilos de nuestra conducta.
Pongamos un ejemplo de cómo trabaja este bibliotecario:
Imaginemos que estas en las fiestas del pueblo cuando tenías 15 años. Recuerdas las amistades de ese momento, recuerdas lo bien que te lo estabas pasando, e incluso las miradas inocentes que se entrecruzaban con la persona que te gustaba mientras escuchabas la canción de moda. Incluso recuerdas el perfume que usabas o la ropa que llevabas puesta. Te sentías genial. ¡Feliz!
Ahora imagina que han pasado 20 años desde aquel día. Nunca has vuelto a oler ese perfume o a escuchar esa canción que sonaba en la fiesta. Basta con que escuches aquella vieja canción de nuevo, o vuelvas a oler ese perfume para que -automáticamente- tu cerebro subconsciente (el Bibliotecario) asocie aquel maravilloso día de cuando tenías 15 años con ese estímulo auditivo (la canción) u olfativo (el perfume) y tu estado de ánimo cambie automáticamente. Si hubieras estado triste, en el momento de escuchar la canción u oler el perfume, te trasladaría emocionalmente a aquel día de los 15 años y te sentirías ¡GENIAL! Así se producen lo que denominamos “anclajes”.
A veces pasa que el Bibliotecario se equivoca, y crea un “anclaje” erróneo, o lo prolonga en el tiempo cuando ya no es necesario.
Por ejemplo imagina que te ladró un gran perro cuando tenías 10 años y aquello te impacto sobremanera.
Tu Bibliotecario, según tu edad, tu experiencia, tu entorno y tantas otras circunstancias, asoció, es decir “ancló” al perro como algo negativo, aversivo, de manera que cada vez que veías un perro te generaba ansiedad y pretendías huir de ese agente estresor (el perro) para evitar un mal mayor. Es decir, te creó una fobia hacia los perros.
Ahora eres mayor, ha pasado mucho tiempo desde aquel lejano día de cuando tenías 10 años, pero la fobia a los perros cada vez es mayor.
Si pudiéramos acceder a la región Subconsciente, y hablar con el Bibliotecario sería estupendo, porque podríamos “anclar” otros factores al encuentro con los perros, como mayor autoestima, sensación de seguridad, control de la situación, el saber que lo que sucedió a los 10 años fue un episodio aislado y no se tiene porqué volver a repetir. En definitiva, hacer que al ver al agente estresor (el perro), en vez de sentir ansiedad, sientas confianza en ti mismo.
¡Eso es lo que conseguimos con la Hipnosis! Llegar al subconsciente y modificar aquellos conceptos erróneos o distorsionados.
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